Siempre he considerado que hay lugares y momentos para actuar de una u otra forma, y más aún en el cine, pues al estar en contacto con los clientes, tuve que vender dos imágenes: la del cine y la mía. La mía más que la del cine.
Cierta vez me dijeron que me haga cargo de la taquilla del complejo, es decir, debía asegurarme que todos entren con su entrada en la mano y debía quedarme con una de las copias entregadas al momento de la compra; a su vez que de cuando en cuando, revisara que no entren alimentos que no fueran del propio cine, etcétera. Ya saben, era un cine.
Esta vez, la película era un éxito de taquilla por lo que estoy muy seguro que era «La Era del Hielo 4». Sin entrar en bromas, las colas para esta película bajaban hasta el primer piso y hasta casi salían del centro comercial.
Se tenía calculado que la función estaba completamente llena, por lo que tenía que estar más atento que nunca pues nunca faltaban los que se colaban en las funciones que acababan con el cuento de:
«Voy al baño, mi función ya acabó y me hicieron salir por el escape».
Tenía todo fríamente calculado: la hora de entrada, la duración de la película, la hora de salida, etc. Cuando de pronto, apareció un tipo con ropa deportiva para entablar conversación conmigo. La conversación transcurrió como continúa:
- «Qué bestia, ¿cómo hay gente para "La Era del Hielo" no?».
- «Sí, ha tenido bastante afluencia en su primera semana».
- «Sí pues, oye.. -viendo mi nombre en el tag- José, ¿me puedes hacer un feivor?».
Le hice un gesto de asentimiento con el rostro, pues había una bulla tremenda ocasionada por niños gritando antes de entrar a la sala.
- «Mira, he venido con 7 amigos más y hemos comprado la entrada por Internet pero hemos llegado tarde. Estamos afuera del cine esperando y estoy seguro que no encontraré asientos juntos».
Tomé un respiro para hablar y responderle con voz alta, pues para ese momento la taquilla parecía una discoteca.
- «Bueno, lamentablemente tiene que esperar, la entrada es por orden de llegada» -grité.
- «¿Qué tal si te invito algo y me haces pasar a los asientos reservados?, cosa que cuando empiecen a pasar yo entro primero y guardo los sitios. Gano yo y ganas tú».
- «Disculpe, pero no puedo hacer eso».
- «Ya pues, ya, te doy S/. 10 con la entrada y tu gaseosa».
- «Imposible, no puedo aceptarlo».
- «Ya fue pues. Disculpa».
Aún pensando en lo sinvergüenzas que pueden ser las personas y como tratan de mejorar las cosas con dinero, el tipo volvió a aparecer para ofrecerme 15, 20 y hasta 25 soles en diferentes oportunidades para dejar entrar a sus 7 amigos antes que las personas de la cola.
Al poco rato de lo sucedido, la sala empezó a pasar y vi como el pobre hombre entraba con sus amigos cuando la sala ya se había llenado, pero este no salió a reclamar por lo que supongo que habrá encontrado asientos juntos, o habrá encontrado a alguien que acepte los S/. 25 para que se mueva, no lo sé.
Saliendo de mi turno, me comentaron que era no la primera vez que ese tipo pretendía hacer lo mismo en el cine. Me dijeron que siempre aparecía los sábados y con el mismo cuento de los 7 amigos. Lo peor del asunto no fue eso. Lo peor es que mis amigos si habían aceptado.
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Gracias, pero no. |