"Para poder enviar satélites al espacio, la NASA necesitaba determinar la posición de los cuerpos celestes en un intervalo de 100 y hasta 1000 años en el futuro, para esto introdujeron la cantidad de días del universo y corrieron el cálculo en la computadora. Su sorpresa fue cuando una luz roja de error se encendió y se determinó luego de investigar el origen del error que un día faltaba en la historia del universo.
Un cristiano del grupo le dijo al equipo de NASA que una vez había leído en un pasaje bíblico que Josué le pidió cierta vez a Dios que detuviera el Sol, así fue y el Sol se detuvo casi un día entero. Por lo que aumentaron 23 horas y 20 minutos (casi un día), solucionaron parte del problema pero aun así faltaban 40 minutos.
El mismo cristiano, comentó que en el libro de Reyes, cap. 20: 8-10, Ezequías antes de morir fue visitado por el profeta Isaías quien le dijo que no moriría. Ezequías le pidió entonces que para poder creerle, que retrocediera la sombra 10 grados, pues avanzarla sería muy fácil. Según los cálculos de la NASA, 10 grados de sombra solar significan exactamente 40 minutos terrestres. Colocaron el día completo en la computadora y lograron proyectar los cálculos que tanto necesitaban, comprobando así que lo dicho en la biblia es verdadero."
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Citaré brevemente una expresión que suele evocar el célebre Marco Aurelio Denegri.:
Y es que amigo, amiga que lees esta entrada; este no es más que un simple rumor que se propagó desde el año 1936 al citarse una historia muy similar en el libro The Harmony of Science and Scripture de Harry Rimmer.
Y no sólo eso, si entramos un poco en materia de astronomía, sabemos que el transcurrir de los días se lo debemos al movimiento de rotación-traslación de La Tierra, no tiene nada que ver el movimiento del Sol para este evento. En caso sucediera que el Sol deje de rotar por momentos, la Tierra seguiría rotando en su eje, dándole la vuelta al Sol inerte.
Concluyo entonces que muchas veces, la autenticidad importa muy poco, la voluntad de las personas para creer y aceptar leyendas depende mucho más en lo que quieren creer que sobre la veracidad de la historia.