lunes, 15 de junio de 2015

Hoax: La NASA comprueba la veracidad de lo escrito en la biblia.

Verán, siempre al hacer este tipo de entradas debo hacer muchas cosas antes, una de ellas es enterarme de cuáles son las mentiras más compartidas en las redes sociales y cuáles son las más creídas. El siguiente hoax lo leí recién este año en diferentes medios sociales, contactos y páginas web. La historia corta dice así:

"Para poder enviar satélites al espacio, la NASA necesitaba determinar la posición de los cuerpos celestes en un intervalo de 100 y hasta 1000 años en el futuro, para esto introdujeron la cantidad de días del universo y corrieron el cálculo en la computadora. Su sorpresa fue cuando una luz roja de error se encendió y se determinó luego de investigar el origen del error que un día faltaba en la historia del universo.

Un cristiano del grupo le dijo al equipo de NASA que una vez había leído en un pasaje bíblico que Josué le pidió cierta vez a Dios que detuviera el Sol, así fue y el Sol se detuvo casi un día entero. Por lo que aumentaron 23 horas y 20 minutos (casi un día), solucionaron parte del problema pero aun así faltaban 40 minutos.

El mismo cristiano, comentó que en el libro de Reyes, cap. 20: 8-10, Ezequías antes de morir fue visitado por el profeta Isaías quien le dijo que no moriría. Ezequías le pidió entonces que para poder creerle, que retrocediera la sombra 10 grados, pues avanzarla sería muy fácil. Según los cálculos de la NASA, 10 grados de sombra solar significan exactamente 40 minutos terrestres. Colocaron el día completo en la computadora y lograron proyectar los cálculos que tanto necesitaban, comprobando así que lo dicho en la biblia es verdadero."

...

Citaré brevemente una expresión que suele evocar el célebre Marco Aurelio Denegri.:


Y es que amigo, amiga que lees esta entrada; este no es más que un simple rumor que se propagó desde el año 1936 al citarse una historia muy similar en el libro The Harmony of Science and Scripture de Harry Rimmer.

Y no sólo eso, si entramos un poco en materia de astronomía, sabemos que el transcurrir de los días se lo debemos al movimiento de rotación-traslación de La Tierra, no tiene nada que ver el movimiento del Sol para este evento. En caso sucediera que el Sol deje de rotar por momentos, la Tierra seguiría rotando en su eje, dándole la vuelta al Sol inerte.

Concluyo entonces que muchas veces, la autenticidad importa muy poco, la voluntad de las personas para creer y aceptar leyendas depende mucho más en lo que quieren creer que sobre la veracidad de la historia.

El último cambio

Durante la estadía en el cine, conocí a muchos amigos y con el tiempo, entablé amistades con casi todas las personas que trabajaban en el lugar. Recuerdo que siempre, plan de 9 de la noche, la señora encargada de la limpieza hacía su aparición para pedirme los implementos que faltaban cambiar en los servicios, a lo cual yo accedía amablemente a llevarle. Es curioso que recuerde esto, pues nunca supe su nombre.

Sucede que cierta vez, la señora de limpieza no apareció como solía presentarse a la hora usual; por lo que me extrañó un tanto. No le pregunté a nadie y lo dejé pasar, es más, ese día yo hice el cambio en los servicios. Al día siguiente recuerdo que fue jueves -día de mi descanso semanal- por lo que acudí al cine el día viernes en mi turno de cierre, el cual cubría el fin del turno de la señora de la limpieza; por lo que supuse que la vería.

Y en efecto, así fue, la señora apareció como todos los días a pedirme ciertas cosas para el baño. Dejé a mi compañero en mi puesto, fui al almacén y saqué lo que la señora me había pedido. Pero al volver, sólo estaba mi compañero y la señora ya no estaba esperando.

Le pregunté a mi compañero a donde se había ido, a lo que me respondió extrañadísimo -"¿De quién hablas tío?". La conversación, continúa una vez más, como prosigue:

- «La señora de la limpieza pues».

- «¿Qué hablas? Esa señora ya no trabaja aquí, el lunes viene una nueva»

Su respuesta me petrificó.

Me sentí como siempre quise sentirme: como en una película de terror. No le pregunté a nadie más sobre el porque del cambio de la señora, es más, no atreví a cuestionar lo que había visto. 

Cabe resaltar que cuando fui al baño con los implementos que en vano había sacado del almacén, todos efectivamente hacían falta, excepto el jabón líquido; el cual había en exceso. Al volver sobre mis pasos hacia el almacén, ví que la fecha de vencimiento del frasco de jabón líquido era tan sólo en una semana; al igual que todos los frascos que habían en el almacén.

Por alguna razón no dije nada al respecto, me imagino que alguien ya se daría cuenta de ello en los próximos días al revisar los check list.

Luego de eso, no volví más al cine, pues ese día fue mi último día de trabajo.

¿Casualidad? No lo sé

domingo, 7 de junio de 2015

El demonio de las escaleras

Hace muchos años en mi casa, trabajaba para mi familia un señor muy amable, quizá la persona más honesta y leal que haya conocido, se llamaba Manuel. Él había formado con mi familia un lazo de amistad, respeto y honradez único, por lo que mi abuela siempre lo llamaba para diferentes trabajos o cachuelos, como se le decía en esos tiempos.

Cierta vez, cuando construían mi casa, el padrino de mi abuela (ex-dueño de la casa) invitó a Manuel a que se quedase a cuidar pues habían puertas, ventanas y herramientas nuevas que eran en ese tiempo, caras y valiosas. Manuel accedió amablemente con la condición de quedarse en el primer piso.

Él contó que ese día todo empezó bien, sin ningún problema, hasta que el reloj de pared dio las doce del mediodía. Entonces, siguiendo las indicaciones que se les fueron dadas, fue a la cocina y se sirvió un plato de tallarines, volvió al primer piso, se sentó en el último escalón de la escalera (la cual da a lo que ahora es mi sala), y empezó a comer. 

Pasaron unos cuantos minutos cuando de pronto sintió el sonido de unas pisadas que venían de arriba, pero no eran pisadas comunes, él sentía que eran cascos de caballo que bajaban de la escalera. No quiso prestar atención hasta que sintió un olor fuerte y nauseabundo, por lo que volteó y lo vio. No podía creerlo, tanto que botó el plato de tallarines y fue corriendo a la entrada de mi casa, para salir a la calle. Allí se quedó esperando hasta que llegaron los albañiles a seguir trabajando. Lo encontraron allí, fuera de mi casa, en silencio.

La descripción que le dio a mi abuela tiempo después fue la siguiente: 

«Era un hombre alto, con pelos en el cuerpo de color rojo, patas de caballo y una cola en punta. Era extremadamente delgado. Se movía muy lentamente y bajaba las escaleras como si no quisiera hacer ruido, casi de puntitas».

Al entrar, encontraron el plato roto de Manuel en la puerta de mi sala y ni rastro del visitante que apareció en la escalera. Manuel nunca más quiso quedarse sólo en mi casa y nunca más se volvió a contar una historia parecida sobre lo que pasó aquel día.

Curiosamente, por las noches, suelo quedarme hasta tarde ya sea tocando la guitarra, escribiendo estas entradas o leyendo algo en Internet en la puerta de la sala donde Manuel afirmó ver al demonio. Pero nunca me ha pasado nada. Esperaré sentado.

viernes, 5 de junio de 2015

El susto no fue mío

Para muchos de los que me conocen, saben que mi primer trabajo durante los tiempos de la universidad fue en una conocida cadena de cines peruana. Pero muy pocos saben las anécdotas e historias extrañas que me pasaron allí. Procederé a relatar tal y como ocurrió una de ellas.

Verán, durante la segunda mitad de 2012 llegaron al Perú una gran cantidad de películas en formato 3D, tales como: el fin de la trilogía de The Dark Knight, Avengers, La Era del Hielo 4, Madagascar 3, Spider-Man, etc., por lo que pasé mucho de mi tiempo en la conocida sólo por nosotros sala 4 de aquel cine, obviamente en 3D.

Recuerdo que una vez estaba con un equipo de 6 personas en aquella sala, incluyendo un entrenador (algo así como un supervisor) y estábamos a punto de pasar una función de La Era del Hielo 4, en 3D claro, por lo que la sala debía estar lista minutos antes de lo programado, pues habían muchos niños y era mejor esperar a que la sala se llene en el tiempo adecuado a que se llene a empujones.

En ese momento, el entrenador de turno decidió moverse con un grupo de los chicos nuevos a otra sala que necesitaba ser vista; pues ya iba a terminar la función y debían ordenar la salida de los espectadores. Así que me quedé solo con una chica nueva, era la primera vez que la había visto, y fue la última también.

Estuvimos revisando de que todo esté listo y limpio para dar la orden de pasar la sala. Cuando de pronto -en medio de la casi oscuridad de la sala- escuché como la chica lanzó un grito corto y seco, al voltear a ver que había pasado; esta ya había bajado unas cinco gradas de donde estaba y tenía una cara de susto única, lo que me lleva a citar la expresión anglosajona: Her face was priceless. El diálogo ocurrió de la siguiente forma:

- «¿Qué pasó?»

- «¡Acaban de asustarme horrible!»

- «Fueeera, más bien, en vez de decir eso vamos a bajar para que pase la gente, dale.»

- «No puedo, no me siento bien»

- «¿En serio? ¿Qué pasó?»

- «Mira, no estoy bromeando, atrás, -señalando a la última fila- acabo de ver como una niña en vestido blanco ha bajado un par de gradas hacia mí.»

- «OK, bajemos y me cuentas más.»

- «Sí, pero vamos a la gerencia antes que en serio me siento mal.»

Dejamos que las personas entren a la sala y fuimos inmediatamente a la gerencia donde ella contó más de lo ocurrido. Nos contó que en efecto, una niña en vestido blanco y un tanto antiguo había bajado unas gradas en dirección a ella y que esta tenía el rostro de una niña muy bonita a la vista; lo que provocó supongo, que se asuste más. La pobre chica nueva no quiso decir más al respecto.

Lamentablemente tuve que volver para seguir con mis labores, al tiempo que ella se quedaba a descansar. Nunca más la volví a ver luego de ese turno. Al parecer la cambiaron de turno o renunció. Supongo que no era de las personas que soportan sin problemas esos incidentes.

Lo que me contaron después fue que la sala 4 era una de las más curiosas en el cine pues era una de las más grandes y para colmo de males, la mitad de la iluminación no funcionaba, haciendo que sea una sala mucho más oscura que las demás. Decían que siempre "asustaban" allí, pero nunca pasó algo parecido a lo que nos contó aquella chica esa vez. No me enteré ni de su nombre pues no ví su name tag en el momento de lo ocurrido.

Pobres, yo sólo quería ver la peli gratis.

Hoax: Naranjas inyectadas con SIDA.

Las naranjas inyectadas con SIDA. Una mentira absurda.

Esto sí es relativamente nuevo, recuerdo haberlo visto sólo hace un par de meses.




La imagen, tal como puedes ver, indica que el Servicio de Inmigraciones de Algeria habría recuperado una gran cantidad de naranjas procedentes de Libia; las cuales han sido inyectadas con sangre que dio positivo a la prueba del VIH. Además se solicitaba que compartieran el mensaje y advirtieran a las personas de los peligros involucrados sobre esto.

Empezamos directo con lo básico: el SIDA no se transmite de esta manera, es más, si las naranjas estuvieran incluso inyectadas con semen de un paciente con SIDA; la propia función nutritiva del cuerpo lo eliminaría con ayuda de los ácidos y el calor del organismo.

Por lo tanto es un fraude pobremente elaborado.

Esto me lleva a recordar algunas historias que escuché en la secundaria y que tienen dos versiones. Una de ellas decía así:

«Un hombre llega a un bar de la ciudad durante un fin de semana, como habitualmente lo hace. Allí conoce a una mujer muy atractiva y bella, la cual entabla conversación con él rápidamente y terminan en un cuarto de hotel más tarde esa noche. Al despertar, el hombre no encuentra a su acompañante al lado; en su lugar, ve que en el espejo del cuarto se lee con lápiz labial: "Bienvenido al club del SIDA"».

En la versión alternativa de esta historia, la protagonista es una mujer y el mensaje del final se lee como: "Bienvenida al club rosa"; haciendo referencia a la homosexualidad del acompañante así como se deja ver el estereotipo ochentero de que sólo se contagiaban de SIDA las personas homosexuales.

Existe también una historia de que en la fábrica de una conocida marca productora de jugo de naranja, un trabajador dejó caer un dedo sobre la máquina de jugos; y que este estaba infectado con el virus del VIH.

Entiendo que algunas de estas historias salieron de relatos reales, pero otras son mera producción de las personas, como esta.